martes, 14 de febrero de 2012

Soy futbolero y he jugado muchos años al Rugby en el CAU....



Empezaré por reconocerlo todo: Me llamo Antonio, soy futbolero y he jugado muchos años al Rugby en el CAU.



Recuerdo como un hecho cercanísimo el primer partido que jugué en mi vida. Tendría 17 años y desde mi perspectiva el equipo contra el que jugábamos, el “mítico” CAU Rozas, eran poco menos que dinosaurios cercanos a la cincuentena que nos miraban con un gesto de lástima y compasión. He de decir que el primer choque que tuve con estos viejos guerreros fue bastante frustrante ya que salí despedido no menos de 5 metros. Posteriormente comprobé que había ido a chocar contra el menos recomendable de todos ellos, de nombre Héctor Perotas, que alternaba sus partidos como profesional del baloncesto en el Estudiantes con el Rugby en el CAU. Como es natural terminé el partido completamente magullado, herido en mi amor propio por no haber tocado el balón en todo el partido y dolorido en mi espíritu por no haber podido siquiera llegar a disputarle mínimamente el partido al equipo rival. Posteriormente llegaron muchos mas partidos, muchos mas golpes, muchas mas frustraciones pero también muchas alegrías y momentos únicos en mi vida.
Durante todos estos años he actuado de jugador, de delegado, de co-fundador de dos clubes, San Isidro RC y Universidad Autónoma de Madrid, e incluso he llegado a ser presidente accidental durante ¡una semana! de este último…mi último cometido en esto del rugby consiste en hacer de padre de jugador, o proyecto de tal. Esta es, con mucho, la tarea mas difícil que me he encontrado en este mundo ovoide. Y es que no sé que decirle a mi hijo. 
El sábado pasado fui, fuimos los dos juntos, atravesando por todo un torbellino particular de experiencias que me dejaron, finalmente, sin respuesta válida a las constantes preguntas y sentimientos que Gonzalo me iba formulando y expresando a medida que avanzaba el día. Os expongo algunas de ellas:
-¿Es lícito no hacer lo legalmente posible por ganar cuando puedes hacerlo?
-¿Es lícito no aprovechar todos los recursos de que se dispone para lograr un fin (un resultado)?
-Jugamos para aprender y divertirnos pero ¿está eso reñido con los buenos resultados?
-Quiero a mis compañeros y me gusta jugar con ellos ¿dejaran algún día de serlo si no soy lo suficientemente bueno como para jugar con ellos?
Muchas preguntas de este tipo se me fueron desgranando durante el sábado. Ni la gran actuación de la Selección contra Georgia, ni el comportamiento heroico de nuestros 8 delanteros (perdonad, pero es que yo juego  de delantero y me fijo mas en ellos), ni la demostración de grandeza demostrada por todo el equipo firmando autógrafos y haciéndose fotos con todo aquel que lo deseara lograron que se me fueran de la cabeza todas las preguntas que, algunas entre ostentosos lloros, me fueron hechas por la mañana.
Mi elección del CD Arquitectura para que sirva de escuela de Rugby a Gonzalo, no ha sido fruto ni de la improvisación ni, como podréis suponer por mis orígenes rugbísticos, de afinidad o amor a unos colores, ya que como muchos habréis adivinado a estas alturas (aquellos que no estéis muy puestos en esto del Rugby) La Escuela y el CAU no son precisamente afines en esto de la filosofía rugbística. Es precisamente por eso por lo que elegí a la Escuela, por los valores y el estilo que representa. Pero desgraciadamente, ni con todo eso, soy capaz de responder las preguntas de Gonzalo. Acepto ayuda y opinión de todo aquel que quiera dármela.
PD/ Un agradecimiento para José Antonio Cuevas. ¡Enhorabuena Pelomoro!

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